30 mayo 2008

Muchas cosas acumuladas

Desde que se inició el año me obsesioné con Bob Dylan.
El tipo estuvo siempre ahí, no le daba bola, pero me hacía señales (como en idéntica simetría {como es el tesserac, aguanten los vértices de la matriz ndimensional, así que paréntesis en... ad nauseam, sé que redundé, pero ¿redundé?}, Joni Mitchell, pero desde otro lado la hermosa Úrsula Le Guin...
Gracias a una hermosa amiga descubrí, caí en la cuenta, en realidad: viví, eso de qué es el poeta, no para él, sino para otro, en este caso, esencialmente YO, y lo que espero estar (¡al fin!) haciendo bien lo que tengo que hacer bien: Nosotros, con quién me gana de la más maravillosa manera que uno debe ser ganada: Ella, encontrada y soñada (en ese orden, uno no sabía qué soñaba hasta que vive lo que no sabía que soñaba cuando sabía... Mi Dama, Vivi (jiji, y más jiji), bueh, que como nunca tengo la certeza, la cómoda certeza, la ¿indiferente? certeza, de no estar meando fuera del tarro, el que aparezca un héroe que la embocó (bueh, acá vendrá una posterior entrada con todo lo que molesté a los amigos en las charlas-debates sobre "EL Camino Del Héroe"... hermoso tema...
Y vuelvo a... Dylan (desde ayer vengo escuchando en privado sólo y únicamente "A Hard Rain's A Gonna Fall", pero la versión de un bootleg del marzo del 88 "The Ballpark Old Orchard Beach Portl", poderosa): el tipo es como Homero (me es como Homero) para tantos y tantos y que a uno lo toca de rebote.
Me pegó en el alma, pero además, me develó/reveló/rebeló donde estoy parado, de donde estoy viniendo, para dónde estoy apuntando, y ¿estoy apuntando bien?
Bueh, este hijo de puta, hoy, me hace eso...
Y la dejo picando, es demasiado lindo como está saltando Josefina de acápa'allá...
Jeje