08 junio 2008

A pedido del público, excusas

Como mi idea de inicio con este blog es una "pequeña obsesión" personal, la de encontrar(me) los vínculos entre lo que sucede, me sucede y la comprensión de los vínculos entre ambos ¿universos? cuestión de poder pensar y actuar con coherencia y consistencia (tan imposible como lograr la visión objetiva), pues que esta única neuronita loca, tuerta y renga llamada Josefina que poseo, salta a gusto, piaccere y arbitrariamente, con lo que "coherencia y consistencia" se me va al corno.
Pues, bueno, hay varios temas que me son recurrentes, que los mastico, pergueño borradores, doy vueltas, se me enriquecen a partir de las lecturas y comentarios o reflexiones de amigos.
Así que, me dejo una pequeña hoja de ruta (forzando la metáfora del tesserac, algunos de los vértices que delimitan al cuerpo)
Las retenciones
En esta cuestión me molesta la simplificación que nos intentan meter por todos lados, y cómo se mezclan con bastante perversión y malestares que no tienen nada que ver.
Todavía no entiendo qué tiene que ver el deseo de mantener ganancias extraordinarias, privilegios, prerrogativas y beneficios con el tren bala o el reloj de la Presidenta.
Sin embargo me parece que demasiados (al estilo del perro del hortelano) se enroscan con un reloj que desearían poseer en exclusividad para avalar egoismos y despropósitos (y encima mezclando en la misma bolsa a personas que soportan similares condiciones de abuso con abusadores casi históricos)
Debería escribir largo y tendido, y encima consistente para intentar colaborar a que asumamos como sociedad una posición coherente política (no necesariamente idéntica a la mía, sino, simplemente coherente, que no sea una mezcla irracional de pareceres contradictorios.
1984, o "¿cuál es el contexto válido para usar referencias literarias como herramienta analógica?"
El uso y manipulación de la información (pseudo información, en realidad esa cosa que se dice es "el recorte manipulativo de los acontecimientos") y el insistir en forzarnos a pensar con "la neolengua" y el doble pensar.
1984 es una muy buena metáfora exagerada de lo que vivimos.
Y se pega o adhiere a esta cuestión el porqué sí se puede utilizar a Homero, o Goethe pero no a Orwell, Le Guin o Foucault
Por supuesto, es bien largo este vértice
Y sigue, pero están también los tiempos y urgencias cotidianas